Miradas imponentes, cuerpos que seducen, ropa íntima que se asoma sutilmente despertando el instinto sexual y el sentimiento consciente o inconsciente de atracción y erotismo.
Vestidos negros muy cortitos, leggins negros ajustados, blusas delgadas y escotadas, accesorios para coquetear, pequeños cinturones que estilizan la cintura, estilos llamativos, peinados muy sensuales, mujeres en estado “soy bella y me gusta sentirme deseada”.
Es innegable que muchas mujeres han aprendido muy bien el arte de la atracción. Cuando nosotros deseamos atraerlas con palabras es porque ellas ya nos atrajeron sin usarlas.
Me recuerdo hace unos meses antes de conocer a una hermosa chica de piel bronceada.
Instantes antes de decir la primera palabra, me confesaba en secreto, aceptaba para mí que era atracción sexual y no otro mi motivo y mi interés. Ella llevaba un pantalón delgado muy ajustado y se marcaba sutilmente el diminuto triangulo de tela de su ropa interior debajo de los sensuales agujeritos de su espalda baja.
— ¿Crees
que eres sensual?
— Sí
— No lo eres —una pequeña pausa— eres más que eso, lo cual es muy malvado ¿sabes por qué?
— ¿Por qué?
— Porque es jugar con ventaja, es trampa, es juego sucio, debería ser ilegal, tú estás mal.
— * risas *¿Por qué es trampa?
— Si algún día vas a verme entrenar me llevaré la ropa de hacer trampa y me vengaré de ti.
— * risas * ¿Te vengarás? ¿Qué entrenas?
— Es algo que una mujer tan tierna e inocente como tú quizá no debería saber.
— Sí
— No lo eres —una pequeña pausa— eres más que eso, lo cual es muy malvado ¿sabes por qué?
— ¿Por qué?
— Porque es jugar con ventaja, es trampa, es juego sucio, debería ser ilegal, tú estás mal.
— * risas *¿Por qué es trampa?
— Si algún día vas a verme entrenar me llevaré la ropa de hacer trampa y me vengaré de ti.
— * risas * ¿Te vengarás? ¿Qué entrenas?
— Es algo que una mujer tan tierna e inocente como tú quizá no debería saber.
Me ha tomado tiempo aprenderlo, me ha costado mucho dinero gastado en ropa y accesorios que no funcionaron, me tomó intentos e intentos erróneos, pero por supuesto que sí, podemos hacer algo para atraerlas de la misma manera.
Ellas también son susceptibles a estímulos visuales y a imaginar con lívido, también tienen instinto sexual, también se sienten atraídas a primera vista. También se prenden con una insinuación, una caricia en el lugar correcto de su cuerpo o una sonrisa pícara en el momento preciso. También puedes llevar imágenes, situaciones y ambientes a su cabeza, hacer que ella imagine, viaje y desee.
Después de todo, esto es sólo en defensa propia, ellas lo hacen todo el tiempo.
¿Eres hombre? ¿Tienes creatividad? ¿Tienes una mente sexy o sucia? Entonces tienes lo necesario para atraerlas más, sólo falta una cosa: Intuición y sensibilidad femenina. El fino calibraje que no se adquiere si no es a base de experiencia.
Los hombres somos un poco torpes para ese tipo de cosas, para ser sutiles y sensibles a los pequeños detalles y muchas veces en el intento de seducir su mente terminamos apagando el deseo que debíamos haber encendido. Por eso hay que ser observadores, mucho podemos aprender de ellas, sobre todo de las chicas más experimentadas. Esas que los perdedores dicen “se ve bien mamona” sin ni siquiera atreverse a descubrirlo.
Si quieres jugar su juego y despertar en ti ese poder de atracción que nunca usamos, aprovecha lo siguiente y explótalo tanto pero tan sutil que se vea natural, hasta que empiece a ser natural y parte de ti.
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